Llega el verano, tiempo del descorche.
Hasta bien entrado el siglo XX, en los paisajes de nuestra comarca compogibraltareña aún pervivían modos de vida y cultura en los que el entorno y el medio natural eran parte fundamental . Este Colectivo siempre gustó de conocer y acercarse a personas conocedoras del medio, puesto que en ello les iba su modo de vida y progreso. Pastores, molineros, ganaderos, agricultores, venteros, arrieros, corcheros, carboneros, recoveros, guardas de cotos y fincas, etc. Aumentaban así nuestras posibilidades de aprender de la sabiduría de la “gente del campo”.
Conocimiento transmitido de generación en generación, que les
hacía sobrevivir y prosperar de una
manera sostenible y con absoluto respeto al medio, precisamente lo que buscamos los amantes de la naturaleza
hoy en día. Eran los primeros interesados en mantener adecuadamente el campo. Cuidaban
lo suyo, lo que les daba de comer y, así, se alejaban los peligros que acechan
hoy al medio ambiente: incendios, aguas contaminadas, talas indiscriminadas…
Todavía, si se busca con respeto y admiración,
se puede disfrutar, por ejemplo, de una charla con un pastor de la zona y
aprender que si una cabra mordisquea una mata de retama producirá una leche
amarga, o que un ventero de la zona te enseñe la mejor manera de llegar a un
sendero o a un risco, mientras degustas
un típico plato de la zona, o comprobar in situ como un ganadero “calza”
correctamente con la herradura a una mula para evitarles herida en la pata.
Colectivo Brezo tuvo la fortuna de compartir una jornada
completa de descorche o pela del Alcornoque. Desde bien temprano acompañamos a
una cuadrilla a la mogea y pudimos comprobar el conocimiento de los corcheros,
su manera de trabajar, cómo y con qué
facilidad se movían ellos por el monte. Con asombro vimos como las mulas
conocían el camino desde el patio de corchas hasta los Alcornoques y el camino
de vuelta. Apenas eran conducidas por el arriero, vimos como estaba organizado
el trabajo donde cada elemento tenía su función para un trabajo perfecto en
equipo, incluso nos honraron compartiendo almuerzo con nosotros que durante
unos momentos nos sentimos en perfecta armonía con la cuadrilla y también con
el bosque, tal y como vimos que hacen ellos su trabajo: adaptándose al medio,
respetándolo y cuidándolo, saben que si no es así , se les acabaría el trabajo
y su modo de vida.
Solo se cuida lo que se conoce y un corchero conoce el Monte,
el alcornoque y sus amenazas, por ello son un soporte para la investigación de
enfermedades como la “seca”. Gracias a ellos sabemos que si una zona de
Alcornoques fue descorchada la temporada pasada, de Junio a Agosto, no lo será
hasta dentro de 9-10 años, una vez el árbol se recupere, cuando esa misma zona
pueda ser de nuevo descorchada y siempre y cuando no afecte negativamente a
nuestro Suber Quercus.
Comparten sus experiencias y conocimientos si se les escucha
con respeto, conocen el monte, sus plantas, su fauna, sus peligros y la manera
de cuidarlo.
Miguel Delibes
mantenía que no había paisaje sin
paisanaje. El hombre forma parte del medio natural y ahora que se busca poblar el mundo rural, sería
conveniente como primer paso, buscar el conocimiento acuñado por el Paisanaje
que en nuestra querida comarca del Campo de Gibraltar, afortunadamente todavía lo hay en abundancia.
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