Sitios del monte
Los paisajes de nuestra comarca, cambiantes y en evolución,
muchas veces provocadas por la acción humana, recibían por las “gentes del campo”
denominaciones que venían de antaño cuando aún no se disponía de brújulas,
mapas, ni GPS ni orientación por satélites. Para esas gentes, moverse entre
localidades a través del campo cuando tampoco existía una red de carreteras ni
cómodos automóviles para transitar por ellas, la única manera que tenían de
orientarse era su conocimiento del medio, del monte por donde solían
trasladarse y les era muy útil saber denominar con precisión los paisajes por
donde transitaban, normalmente con un nombre propio, seguido de su “apellido”
natural. Su sonoridad y acierto en la descripción conjugan perfectamente con su
sitio en el campo: Mogea, Herriza, Canuto, Bujeo, Lasca, Mancha, Limpio,
Canchal, Risco…. Aun hoy nos sirven para situar y orientarnos por paisajes y
lugares de nuestro entorno natural
Una Mogea es una pequeña extensión, normalmente en forma de cuadricula
de terreno con existencia de Alcornoques y que suele utilizarse para delimitar
y organizar las tareas del descorche; Mogea Luenga en la sierra de Montecoche
en Los Barrios sería un ejemplo. Las Lascas
y Lajas de areniscas son muy habituales en el Parque Natural de los
Alcornocales apareciendo casi como verdaderas columnas vertebrales entre el
arbolado de la sierra y en ellas son frecuentes los abrigos con pinturas y
restos arqueológicos, como por ejemplo la Laja Alta en Jimena, donde se
encuentran las primeras pinturas con embarcaciones que se conservan y que
recientemente se han datado con una antigüedad de entre 4.000 y 6000 años. En
el mundo cinegético se suele denominar Mancha
al conjunto de arbustos y matorral bajo que destaca en un Limpio del campo donde, por el contrario, no existe el matorral mediterráneo.
Descripción esta del terreno de gran utilidad para señalar y buscar presas o
para medir distancias en el trayecto por el campo.
Las Herrizas son
extensiones de terrenos en la sierra , normalmente arcillosos y con
una característica vegetación de monte bajo o matorral sin arbolado , brezos,
coscojas, nuestra planta carnívora la Drosofila Lusitanicum o atrapamoscas que
compensa la falta de nitrógeno del suelo de las herrizas con su dieta
carnívora, dan cabida a una variada
fauna de insectos y pequeños mamíferos que muestra la importancia de las
Herrizas en nuestro entorno, pues han sido poco considerados y catalogados como
suelos pobres y de poco interés botánico.
Si algún hay algún sitio característico del Parque Natural de
los Alcornocales, este es el Canuto,
ese bosque de ribera con vegetación y clima propio en forma de “V” que bajan de
las sierras acompañando a cristalinos arroyos, se repiten en nuestros montes y
cobijan a verdaderas joyas naturales: quejigos, laureles, ojaranzos,
avellanillos, briofitas y pteridofitas (musgos y helechos) cobijan avifauna,
mustélidos como la nutria, mariposas y libélulas endémicas en un entorno que se
conserva como laurisilva desde el cuaternario.
Para utilizar un hito o señalar una ruta, nada como un Risco, una formación caliza en los
puntos más altos de las sierras, habitualmente en forma puntiaguda que destaca
sobre el arbolado y la floresta, como lo hace el Risco Blanco sobre los
quejigales del Tiradero en Los Barrios.
Sitios de nuestros montes que atesoran una enorme riqueza
medioambiental y que desde siempre sirvieron para orientarnos y conocer el
medio natural.
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