Sierra Carbonera

 


Para muchas personas que hemos vivido en su entorno, la Sierra Carbonera ha sido el parque temático de nuestra infancia y juventud. Tenerla tan cerca ha supuesto, y sigue siendo, disponer de la Naturaleza prácticamente a mano, con solo dar un paseo desde La Línea. Nombres tan cercanos como el Cerrito, el fortín de Lucas, el tejar de Campos, el cortijo Carrasco, la Boca del Lobo, el depósito de agua, la Torre, etc., aún suponen un caudal enorme de recuerdos de excursiones con amigos y salidas escolares que siguen viviendo en nuestra memoria.




          La Sierra Carbonera está situada a caballo entre los términos municipales de La Línea y San Roque. Se trata de una enorme mole de areniscas denominadas del Aljibe cuya máxima altitud está en la cota de los 311 metros. En otros tiempos bosques de alcornoques y quejigos ocupaban gran parte de su extensión, pero la utilización como recursos madereros, pastoreo y para hacer carbón (de ahí el topónimo), además de frecuentes incendios forestales, acabaron con esa masa arbórea, de la que quedan algunos escasos y pequeños rodales.




          En lo más alto de la sierra había construida una torre de vigilancia del siglo XVI que fue derribada en el año 1967. En su lugar se encuentra un destacamento del Sistema Integral de Vigilancia del Estrecho, perteneciente al Ejército y varias antenas de telecomunicación.




          Varias rutas podemos realizar, comenzando desde el barrio de El Zabal, en La Línea, al Este de la Sierra o desde la población de Campamento en San Roque, al Sur. Una vez iniciado el ascenso nos encontraremos un monte bajo formado por coscoja, aulagas, lavandas, jaras, palmitos y especialmente por el casi omnipresente jerguen (Callicotome villosa). Una de las especies más valiosas de la sierra y que fue descubierta recientemente es el Narcissus viridiflorus, con una población de unos 100 ejemplares y que es la joya de la corona de la flora de esta sierra.




          En cuanto a la fauna hemos de destacar la importancia estratégica que tiene este lugar en el paso migratorio de las aves que buscan el Estrecho de Gibraltar para cruzar al continente africano hacia sus cuarteles de invierno o a su vuelta primaveral a sus áreas de campeo reproductivo. Los mamíferos no se dejan ver a menudo, pero se han detectado ejemplares que habitan generalmente en el matorral tales como conejos, meloncillos, tejones, zorros, etc. También podemos encontrarnos con culebras, totalmente inofensivas, como la bastarda, la de escalera y la de herradura. En arroyos y charcas encontraremos ranas, gallipatos y entre la maleza alguna salamandra.




          Cuando alcanzamos las cotas altas, la sierra se convierte en un mirador excepcional con fantásticas vistas sobre la Bahía de Algeciras y Gibraltar y. si el tiempo acompaña, podemos alcanzar a ver la costa africana con la mole caliza del Jebel Musa al fondo del Estrecho. Al norte podremos ver la impresionante masa peridotítica de Sierra Bermeja contrastando con las blancas calizas de la Sierra de las Nieves.




          A pesar de encontrarnos en un paraje muy humanizado desde hace mucho tiempo, de hecho, aún se conservan en los abrigos formados en la arenisca algunas pinturas rupestres, se trata de un espacio excepcional que bien merece ser conocido y protegido por sus extraordinarios valores ecológicos y culturales.




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