Senda de los prisioneros
Una
vez terminada la contienda civil, los soldados del ejército republicano hechos
prisioneros, fueron condenados a realizar trabajos forzados bajo la vigilancia
del ejército vencedor. En esta ruta vamos a visitar un camino que abrieron en
el monte los Batallones Disciplinarios de Trabajadores que desarrollaron esta
dura labor forzada entre los años 1940/1945.
Comienza
la ruta en la barriada del Cobre, en el término municipal de Algeciras y
transcurre el recorrido por el Parque Natural de los Alcornocales. Bajaremos
por el canuto del río de la Miel con lo que andaremos unos 14 km. en total. La
dificultad se podría estimar de carácter medio y las alturas oscilan entre 40 y
500 m.
Al
poco de iniciar el sendero nos adentramos en el bosque de alcornoques, árboles
señeros y característicos de nuestra comarca, tapizado el suelo con un denso
manto de helechos. La ruta inicia un ascenso que se hace continuo en todo el
trayecto inicial. Encontraremos algunas casas en ruinas que nos dan indicios de
una vida rural perdida en el pasado e inconcebible para la mayoría en la
moderna actualidad. En todo el camino podemos encontrarnos con ejemplares de
nuestra vaca retinta que nos mirarán con curiosidad e indolencia mientras
pasamos a su lado. Según ganamos altura se irá dibujando ante nuestra vista las
primeras imágenes de la Bahía de Algeciras y el Estrecho de Gibraltar. El
camino, en parte empedrado, está limitado por malecones o quitamiedos. Estas
obras las realizaron los prisioneros del Batallón de Trabajadores n. 22 que
acampaban entre la Venta de Ojén y el Cerro del Rayo, en el Valle del Tiradero.
En algunos lugares dejaron constancia de ellos mediante grabados aun hoy
visibles.
En
la parte más alta desaparece en algunos tramos el bosque de alcornoques y se
apropia del paisaje el matorral de herriza. Llegaremos a un puente de piedra y
desde allí buscaremos la bajada por el canuto del rio de la Miel. Esta garganta
reúne una gran cantidad de plantas y animales, protegida de los vientos por las
montañas y con un nivel óptimo de humedad que favorece el desarrollo de la
biodiversidad. Algunas fuentes y cascadas nos acompañan en la bajada siguiendo
el cauce del arroyo. Pasaremos las ruinas del molino del Águila y un puente
estrecho que cruza el río. Seguiremos el sendero y volvemos al lugar de partida
dando por terminada esta singular ruta.
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