Los del monte. Alfonso Benítez

 


Eran capaces de crestear por una arista de una sierra en noches de poca luna, se movían por el monte con tal velocidad que sorprendían a sus perseguidores que todavía los buscaban en el valle o aldea anterior, trochaban por senderos que solo ellos conocían, trasponían cerros y montes con todos sus útiles a sus espaldas, cruzadas por el mauser o el naranjero.

A esas capacidades físicas, de orientación y conocimiento del medio en el que se movían, hay que añadir otras que les dignificaban por su constancia, bravura y convencimiento en sus ideales. Para ello, sacrificaban propiedades y familia, lo perdían todo excepto su dignidad, luchaban por la libertad en primera línea de fuego, constantemente perseguidos y al final, abandonados por todos, incluso por los que, en teoría eran sus superiores o mandos del mismo bando, quienes les ordenaban en la distancia, cómodamente instalados en el exilio y muy lejos de la realidad que se vivía en los montes de la península.

Es curioso como estos personajes de nuestra historia han sufrido el olvido y sus casos, historias y aventuras que en otros lares hubieran sido vendidos con magníficos libros y películas y  cualquier estudiante o lector conocería con facilidad, aquí, para variar, fueron durante mucho tiempo silenciados, olvidados y vilipendiados, no solo durante  el franquismo sino incluso con la democracia ya consolidada, se les seguía denominando bandoleros y tildados de delincuentes. Y, salvo excepciones, eran guerrilleros, soldados de la Republica,  organizados en agrupaciones de carácter militar que tenían sus objetivos y sobre todo, tenían Esperanza de que llegara una ayuda mientras ellos resistían en el monte. Ayuda que nunca llegó.

Hablamos de un periodo muy extenso en el tiempo, desde el final de la guerra Civil 1939 hasta 1963 aproximadamente, hubo actuaciones antifranquistas mostrando una consecuencia en la obtención de sus ideales de libertad, siempre con la intención de rechazo a la Dictadura y sus execrables consecuencias, en sus inicios, con auténticas tácticas de guerrillas para ya casi al final de su existencia,  con actuaciones y sabotajes al objeto de llamar la atención internacional que asistía indolente a la instauración de una cruel dictadura e incluso colaboraba con ella. (Franco es nuestro mejor aliado

contra el comunismo).


Precisamente por ello, la dictadura franquista fue la principal encargada de silenciar las actuaciones de estas mujeres y hombres. A tal objeto, el dictador Franco personalmente,  ordenó que fuera la Guardia Civil quien se encargara de perseguir y detener a estos guerrilleros o maquis (del francés maquisard: arbusto, matorral) y no el ejército quien lo hiciera.


Resulta incomprensible que la historia del maquis español siguiera borrosa y no estudiada a niveles académicos e historiográficos, cuando se tuvo plena libertad para hacerlo.

Colectivo Brezo ama el monte, esos hombres y mujeres vivieron en el monte, conocerlo les valía la vida, su flora, su fauna, sus senderos, sus valles, sus lajas, sus herrizas, sus oficios (corcheros, pegueros, recoveros, pastores, recolectores) etc, no tenían secretos para ellos y ellas, eran por lo tanto, perfectos naturalistas, que mejor colectivo al que seguir y del que aprender.

 Sus proezas fueron en algunos casos increíbles, hay multitud de ejemplos:

 " La marcha de los 100 días", en la que 4 guerrilleros huyeron a pie desde tierras levantinas a Tolouse en Francia, marchando de noche y escondidos durante el día, por montes y sierras, vadeando ríos (solo uno de ellos sabía nadar) para evitar a sus incansables perseguidores.

" Los niños de la noche" ríanse Vds. de los héroes americanos y sus comandos tecnológicos. Estos jóvenes, sin más preparación militar que lo que la guerra les enseñó y sus ansias de libertad, actuaban en el frente cercano a Córdoba y hacían estragos tras las líneas enemigas, "Juanín y Bedoya, los últimos e irreductibles guerrilleros que vivieron en los montes asturianos, incansables al desaliento, consecuentes a sus ideales y con su dignidad hasta el final, fueron perseguidos hasta bien entrados los años cincuenta del siglo pasado,


"La invasión del valle de Arán"

con la que se intentó establecer una cuña de entrada por el Pirineo al gobierno republicano  en el exilio y la que solo la desorganización y poco coraje de algún que otro político comunista, llevó al fracaso, aun a pesar de que Franco ya había declarado el estado de guerra en la zona, como también tuvo que hacerlo en la axarquía malagueña y los montes de Málaga y Granada, donde "la Agrupación Roberto", llegó a disponer de más de 100 maquis y tuvo que ser el ejército y las traiciones (tan habituales en las partidas) quien acabara con ella .

 Otra actuación de película se produjo en Porcuna, donde en una acción coordinada por monte y mar, los guerrilleros consiguieron liberar de una prisión a compañeros presos ante el estupor y sorpresa  de la guardia civil.

Incluso terminada las acciones de las guerrillas y cuando estas personas tuvieron que huir o esconderse hay historias increíbles, como la que protagonizó Manolo Gómez "el Rubio", destacado guerrillero que tras conseguir salir a salvo de una emboscada de la Guardia Civil en las cercanías de Algatocín, estuvo escondido como un "topo" hasta el año 1977, año en el que una vez supo por su compañera Ana, pastora de Genalguacil, que Franco había muerto, se "entregó" a la Guardia Civil de Estepona con el consiguiente asombro e incomprensión.

La lucha con las "contrapartidas" la destacamos aquí también, porque se trataban de guardias civiles que se vestían y actuaban como maquis para así, detectar las partidas y detenerlas. Habitualmente eran descubiertos porque "no olían a Monte" como  lo hacían los verdaderos guerrilleros.

Son solo ejemplos enunciados que invitan a conocerlos en profundidad y No dejar de asombrarse con su estudio.

También en nuestros montes tuvimos nuestros guerrilleros. Muy cerquita, en San Roque, (Quico), en Jimena(Alfonso Sánchez, "el potaje" al Quico nunca pudieron detener y protagonizó fugas increíbles llenas de valor y coraje. En la Sierra de Ronda, en la Sauceda, en la Sierra de Cabras (donde se formalizó la agrupación Fermín Galán con Bernabé López Calle, "el Comandante Abril" al mando junto a Manolo Gómez "el Rubio" y donde comunistas y anarquistas acordaron aparcar sus diferencias para luchar contra la dictadura).

Es decir, por donde ahora nuestro colectivo, como otros tantos naturalistas, se mueven para disfrutar del monte, su flora y su fauna, no hace tanto tiempo se movían otros hombres y mujeres naturalistas también, pero que además  luchaban por su vida y por la libertad.

Les ayudaban y sufrían incluso más que ellos, sus familias y amigos ,"los enlaces", sobre todo las mujeres, que quedaban bajo la presión diaria de los vecinos y,  por supuesto de la Guardia Civil con torturas y palizas diarias.

Como en todas las historias, esta tiene sus luces, aquí expuestas, y sus sombras. La traición, la delación, el aprovechamiento de la lucha por la libertad por parte de delincuentes que realizaban robos y secuestros en nombre de la guerrilla, eran muy frecuentes en las partidas de maquis. Pero estos hechos no hacen sino engrandecer aún más a esos otros verdaderos guerrilleros, hombres y mujeres civiles, ciudadanos normales  que se vieron forzados a "echarse al monte" y que pelearon por sus ideales con una dignidad y entereza muy pocas veces vista en la historia de esta tierra.

Alfonso Benítez

Marzo 2021

  

BIBLIOGRAFIA Y FUENTES:


"Los del monte" Documental de Manuel Gutiérrez Aragón y Julio Llamazares


 "Maquis" Secundino Serrano "Cuadernos de la Guerrilla Antifranquista" Luis Antonio García Bravo.

"Los Topos" Manuel Leguineche y Jesús Torbado.


Comentarios

  1. Magnífica y emotiva exposición. Siempre es importante recuperar nuestra historia y más aún si trata de los sufrimientos de unas personas anónimas que lo dieron todo por sus ideales de justicia y solidaridad.

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  2. Estupendo y emotivo relato que gana valor al hablar al mismo tiempo de hombres y mujeres y darles a ambos la misma importancia en sus ideales y actos. Enhorabuena.

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